Los esports llegan a Tokio 2020.

De la mano de la empresa Intel aliada al Comité Olímpico Internacional (COI), los deportes electrónicos estarán presentes en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Bajo el nombre de Intel World Open 2020, serán Street Fighter V y Rocket League los juegos que formen parte del evento. La sede será Zepp DiverCity y la competición se hará del 22 al 24 de julio de 2020.
El premio será de nada menos que 500 mil dólares para ambos certámenes.

La presentación de Intel abarcó tres puntos clave de la colaboración entre la marca y el COI: experiencia (el punto dedicado a esports), conectividad y cómputos.
En el apartado de conectividad, Intel promete que Tokio 2020 serán los Juegos más digitalizados de la historia. Contará con una red 5G y con absoluta conectividad para la movilidad. También será el evento con más señales y mayor cantidad de horas en livestreaming de la historia.
Por último, a nivel cómputos habrá acreditación de los asistentes a través de identificación de rostro, aunque se mantendrá el uso de credenciales.

Blizzard en crisis.

El tema de las últimas semanas ha sido la crisis de la empresa Blizzard (creadores de Warcraft, Diablo y Overwatch entre otros) que se encuentra peleada con el mundo. Recordemos que la empresa había baneado a uno de sus jugadores apodado “Blitzchung”, jugador de Hearthstone (y proveniente de Hong Kong), por emitir en una entrevista la siguiente proclama política: (“Liberad Hong Kong, esta es nuestra revolución”).
Esto desencadenó el enojo de los seguidores del campeón que consideran el hecho un claro ataque al derecho de libertad de expresión.
El castigo inicial fue ban de un año para participar en los torneos profesionales; además de la pérdida del dinero de sus premios. Sin embargo, la compañía ha recapacitado y asegura que luego de escuchar a la audiencia, el ban será únicamente de 6 meses y se le devolverá el dinero.
Según Blizzard, no fue censura. El castigo a Blitzchung fue impuesto por romper la norma del campeonato donde los jugadores no pueden hacer nada que les provoque descrédito público, ofenda al público, o dañe la imagen de Blizzard.
Aseguraron también que sus relaciones con China no provocaron el castigo y que la idea es que todo el mundo pueda disfrutar de una transmisión libre de ideas polémicas y enfocada únicamente en el juego.